Siempre que sea posible, busca que los clientes paguen antes de entregar un producto o servicio.
Imagina una tintorería: un cliente deja su ropa, la limpias, y paga al recogerla.
Aunque parece razonable, no es la mejor práctica.
Supongamos que tu negocio genera $100 diarios, sumando $3000 al mes.
Si los clientes pagan después del servicio, estás financiando su uso sin cobrar intereses o comisiones.
Cubres costos como mano de obra, materiales y servicios públicos sin recibir el pago inmediato, lo que afecta tu flujo de caja y aumenta el riesgo financiero.
El problema surge cuando los clientes tardan en recoger su ropa, a veces semanas.
Aunque hayas “vendido” $3000 en servicios, podrías recibir solo $2000 en efectivo ese mes.
Esto puede significar perder 1/3 de tus ingresos.
Cobrar por adelantado asegura tus ingresos y protege tu negocio de problemas de flujo de caja.