Ser Dueño de un Negocio: Comes de Último (Si Comes)

Ser dueño de un negocio no es solo ser el jefe; es llevar el peso de todo en tus hombros. 

Mientras otros comen primero, tú eres el que come de último, si es que comes. 

Si un cliente se molesta, sin importar la hora, eres quien responde. 

Si las ventas bajan, recurres a tus ahorros. 

Cada cliente perdido puede significar cientos de horas para recuperarlo.

Ayer vi una familia entrar a una cafetería, pero los empleados ni los saludaron. Esperaron, pero al no ser atendidos, se fueron. Cinco clientes perdidos. Ningún empleado perdió el sueño por eso, pero como dueño, sabes que cada cliente importa, porque es el futuro del negocio lo que está en juego.

Ser dueño de un negocio no es solo tener un trabajo, es una gran responsabilidad. 

Cada decisión, cada interacción cuenta.