La vida me ha puesto a prueba una y otra vez.
He sido hospitalizado por asma más veces de las que puedo contar.
Mi cuerpo tiene cicatrices de caídas, pero las marcas más profundas están en mi mente.
Crecí en medio del caos, siendo el niño pobre en una escuela de ricos.
Mi mamá ha luchado contra graves problemas de salud durante más de 35 años, y yo sigo peleando junto a ella.
No estoy aquí para comparar ni buscar simpatía.
Uso cada obstáculo como combustible para trabajar y entrenar más fuerte.
Aunque financieramente podría relajarme, sigo esforzándome como si mi vida dependiera de ello.
Aun cuando la vida mejora, sigo empujándome al límite.
Así soy yo.